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La cortesía en los negocios



En estos tiempos, el perder clientes no es un lujo que cualquiera pueda darse, sin embargo, acciones diarias de muchos comerciantes, especialmente los pequeños, hacen que su clientela disminuya constantemente.

El pequeño empresario debe visualizar un camino muy claro, es un comerciante que inicia, y lo que haga a partir del momento que abre su negocio al público, marcará la imagen y la asertividad que las personas puedan tener ante su producto o servicio. 

En un rápido ejercicio, podemos elegir cinco pequeñas empresas que tengan servicio a domicilio, pizzerías son las más comunes, y esperar a media hora de su horario de cierre, para realizar la llamada y pedir algo de su menú.

En mi caso, de esas cinco pizzerías, que tienen un horario idéntico de cierre, 23 horas, ninguna dio el servicio, señalando que ya era muy tarde como para surtir una orden. 

Ese simple acto que parece inofensivo, en realidad es una oportunidad de ganancias que las pizzerías no aprovechan, ya que a esa hora, un cliente generalmente va a pagar el precio del paquete que le ofrezcan, ante la necesidad de obtener una comida sin salir de casa.

Es ahí donde la importancia de señalar al público los horarios de atención, cobran peso, ya que en estos tiempos de redes sociales, la Fan Page de cada negocio, avisa en tiempo real, si el expendio en cuestión está a punto de cerrar o no, lo que incrementa el enojo de los potenciales clientes al recibir un no como respuesta, después de que Facebook les dice que el negocio aún está en horario de servicio.

Lo mismo pasa con el horario de apertura, son muchos los negocios que establecen una hora de apertura pero brindan servicio media hora después de lo marcado, lo que va generando una mala reputación, y eso al final de cuentas, se traduce en menos clientes, ya que la publicidad más antigua, pero más efectiva, sobre todo en una ciudad tan pequeña como Cancún, es la “de boca en boca”. 
Si un pequeño empresario, entiende que no sólo vende un producto o un servicio, sino que también oferta una imagen, y que en muchos casos, de esta depende su éxito, puede empezar con el pie derecho y mantenerse por muchos años.

Bien dicen que los pequeños detalles cuentan, pero a diferencia de otros rubros, en los negocios hay que estar al pendiente de los pequeños y los grandes detalles.

Un buen producto puede sobrevivir a una mala imagen, pero una buena imagen, puede posicionar incluso a un mal producto. He ahí el que algunos negocios no tengan buena comida, o un bueno producto, pero si los empleados que te atienden siempre te tratan con cortesía y una sonrisa, los clientes existirán para ese comercio, que no vive de lo que vende, sino de la imagen que muestra.

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