La alcaldesa isleña, Atenea Gómez Ricalde, nos recibe en su oficina, donde el espíritu navideño sigue presente en forma de adornos, un árbol e incluso el aroma a jengibre se percibe en el ambiente, haciendo juego con la blusa roja que viste, y que contraste con los adornos detrás de ella, que casi de manera espontánea, dibujan una pequeña villa de Santa Claus.
Trabajadora desde pequeña, su calidez se nota en su persona, propia de alguien que conoció la responsabilidad desde su niñez, esa responsabilidad que emana del trabajo honesto, pues ella recuerda que les gustaba ayudar a sus abuelas en sus negocios, con las artesanías, haciendo cuentas en el restaurante, en el hotel, en la caja, en la tienda e incluso mesereando.
Para Atenea Gómez Ricalde, el empoderamiento femenino no es cosa nueva, es algo natural, pues lo vivió desde niña, ya que siempre convivió con mujeres líderes, que tenían voz y voto en su comunidad; mujeres emprendedoras y fundadoras de lo que hoy conocemos como Isla Mujeres. “Me enseñaron a trabajar desde muy chica, yo ayudaba y me cuidaban”, recuerda Atenea en entrevista para este espacio.Continuamos la plática, ella, sentada en su oficina, amable y siempre elegante, nos platicó sobre su infancia, su compromiso para gobernar la isla y claro, sus proyectos de trabajo para la ínsula.
“Para mí es un orgullo muy muy grande tener la oportunidad de gobernar el lugar en el que nací, nacieron mis papás, mis abuelos, saber que desciendo de la persona que vino y fundó y su nombre está ahí en la plaza; me genera mucho compromiso moral, ético, un tema de cumplirle a la ciudadanía y a mí misma”, nos cuenta mientras también recuerda con alegría que ella creció en los parques que está justo enfrente del palacio municipal.
“Tuve dos abuelas profundamente enamoradas de la isla, ambas hijas de pescadores, mi infancia fue así, muy linda, cuidada por mis abuelas, porque mi mamá trabajó toda su vida”, rememora, mientras hace un paréntesis ante el ruido de un juego de baloncesto en los bajos del palacio municipal, mencionando que antes de su llegada a la presidencia, era raro ver a los jóvenes jugando en la zona, sin embargo, el rescate de los espacios públicos es uno de sus sellos, del cual nos platicó más adelante.
Mientras tanto, nos comparte que la vena política siempre estuvo ahí presente, y también le viene de familia “acompañé mucho a mi mamá cuando ya tuve edad de estar viajando con ella; ahí aprendí de política, aprendí a participar, fui presidenta de la secundaria, y en todo lo que hubiera que participar y abonar o ir a limpiar o ir a misiones siempre participaba, porque era el ejemplo que tenía en casa”.
Sobre la división de roles que le toca jugar en su vida, el ser mamá, edil, esposa y mujer los combina a la perfección, pues es una mujer preocupada porque su familia esté bien. “Estoy viviendo intensamente; a la hora que llego a la casa checo si hay súper, cómo están ordenados los clósets, al pendiente de sus tareas, ¡Mi mamá me ayuda muchísimo como en su momento su mamá y su suegra le ayudaron a ella!; mi papá también, son unos maravillosos abuelos, yo puedo trabajar tranquila hasta esta hora ya que tengo el respaldo de mis papás”.
En el rol de alcaldesa, en un lugar tan pequeño como la isla, es difícil separarlo. “Cuando voy por mis hijos también soy la presidenta y me piden la gestión; cuando voy al súper también, que si la lámpara, el bache, etcétera, ¡Es parte de ser un edil isleño!, cuando platico con mis compañeros de otros lados que, coincidimos en que los que gobernamos lugares chiquitos tenemos mucho más tareas, ya que no descansas”.
Sin embargo, una de sus más grandes satisfacciones, es el poder mirar de frente a la gente y recibir de estas, palabras de aliento, regocijo y agradecimiento, recuerda que una isleña le compartió que durante la administración pasada, prefería no pagar su predial, pero ahora, no sólo lo hace, sino que le reconoce a Atenea Gómez Ricalde, que ahora paga, porque sí ve resultados, convirtiéndose este momento como muchos otros, en sus pequeñas victorias del día a día.
En este primer año de gestión, algo que la enorgullece, es el rescate de los espacios públicos, especialmente los parques, que hoy, pululan de familias que se reconectaron con el tejido social, logrando una cascada de beneficios que circulan como ríos por toda la isla, reviviendo los momentos de paz de antaño.
La alcaldesa hace una pausa, sonríe y eso delata que un recuerdo vino a su mente, se trata de una pequeña a la cual prometió que habría un parque cerca de su hogar para que pudiera disfrutarlo con su familia, pero, resulta que este parque no fue de los primeros, por ello, la pequeña nunca le perdió la pista, y en cada evento se hacía presente para recordarle su promesa. Y como nos comparte, no se trataba de algo molesto, al contrario, era un recordatorio constante de compromiso que como isleña, tiene con el lugar que la vio nacer, por ello, otra de esas pequeñas grandes victorias, fue ver la sonrisa de satisfacción de esta pequeña, cuando vio la promesa cumplida.
Con esta historia, nos confiesa que el corazón de madre le gana, y que es precisamente el rescate del tejido social su más grande satisfacción en este primer año de una administración que se ha ganado el amor, el apoyo y el agradecimiento de los isleños.
“Gobierno sabiendo que lo que hoy no haga por mí isla el día de mañana también voy a vivir las consecuencias negativas o positivas (…) yo quiero lo mejor para esta que es mi casa, la isla, y para esta que es mi familia que son mis paisanos y paisanas”
Atenea Gómez Ricalde
Alcaldesa de Isla Mujeres
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