Antes de pasar a desarrollar el modelo de briefing conviene destacar algunas peculiaridades que debería cumplir dicho documento:
Brevedad. Es la herramienta de trabajo tanto para la agencia como para el cliente por lo que debe tener una extensión reducida en la que se sinteticen los puntos más importantes, no confundamos este documento con los anexos o la información adicional para entender el producto o servicio.
Claridad. Estamos hablando de un documento de gran trascendencia ya que a partir de él se elaborará una campaña publicitaria, por tanto es vital que toda la información recogida en el briefing sea objetiva y fácil de comprender para que no haya ningún tipo de malentendido.
Es importante que cualquier término o anglicismo se aclare previamente ya que muchas veces el anunciante o la agencia lo interpretan de formas muy diferentes. Por ejemplo, ¿qué entendemos por conversión de cliente? Un registro, una compra, el ciclo de vida, etc. Todo este tipo de dudas se pueden resolver también en el posterior contrabriefing.
Escrito. Más vale que todo quede por escrito, que las palabras se las lleva el viento y cualquier confusión, malinterpretación o despiste puede dar lugar a un error de base en la concepción de la campaña e incluso a un desgaste o ruptura de la relación profesional.
Modelo de briefing
Aviso que de la teoría a la práctica hay un buen trecho, en muchas ocasiones no se cumplen las expectativas porque cada cliente, cada agencia y cada profesional suelen tener unos métodos de trabajo propios. Por ello, aquí damos algunas claves universales para estructurar bien un brief:
1. Descripción de la marca/producto. Redactar unas breves palabras para situar rápidamente a toda persona a la que llegue el briefing y/o un análisis FODA que descubra las bondades y debilidades de la marca o el producto. Cuanto mayor conocimiento de la marca/producto, más fácil será no desviarse del camino marcado.
2. Objetivos. ¿Qué busca conseguir el cliente a través de esta campaña o acción? Vender, captar, concienciar, fidelizar, etc. Hay que definir bien los objetivos de manera tanto cuantitativa como cualitativa.
3. Descripción del público objetivo. Determinar la principales variables (demográficas, económicas, culturales...) que permitan definir el comportamiento presente o futuro del público objetivo. También es importante conocer sus intereses e insights que sean reconocibles y que nos puedan ayudar a la hora de elaborar la campaña.
4. Beneficio a comunicar. Establecer los posibles ejes sobre los que se forjará la campaña para cumplir con los objetivos y servir como punto de inicio para el equipo creativo. En definitiva la USP (Unique Selling Proposition), qué tiene o en qué destaca nuestro producto o marca frente al resto ¿Qué nos diferencia?
5. Timing. Detallar el tiempo disponible hasta el lanzamiento de la campaña, teniendo en cuenta si es necesario que intervenga cualquier otro equipo o profesional (actores, programadores, locutores, etc.). Anotar también si se contemplan distintas fases.
6. Condicionantes. Indicar las limitaciones con las que cuenta la campaña a diferentes niveles: creatividad, presupuesto, tiempos, formatos, etc. Esto es esencial para no alejarse del cumplimiento de los objetivos.
7. Documentación adicional. Resto de información de utilidad para complementar el brief: estudios de mercado, históricos de campañas del cliente, campañas de la competencia, etc.
El buen entendimiento con el cliente y la capacidad del responsable de la cuenta para extraer los detalles esenciales marcarán la diferencia para preparar el briefing que conducirá a una gran campaña de publicidad.
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